Alto …  antes de empezar a leer quiero que enfoques tu atención en tu cuerpo, revísalo desde la planta de los pies hacia tu cabeza y detente en aquellos lugares en donde sientas algún dolor o alguna tensión.

 ¿Qué pasa si conscientemente empiezas a relajar cada una de estas partes?

 

Si se sienten rígidos dales la instrucción de que se relajen lentamente mientras lees estas líneas. Ve a cada una de estas partes, por ejemplo, la mayor tensión que yo siento en mi cuerpo es en los hombros, cuando los reviso lentamente puedo observar que están levantados y ligeramente hacia adentro como si trataran de proteger el pecho. Así es que lo que hago es bajar los hombros y experimento que hay una sensación de liberación como si no tuviera que protegerme más, además de que los trapecios se relajan y con ayuda de la respiración, empiezo a relajarlos poco a poco hasta sentir que esa tensión disminuye.

La respiración es la clave para poder sacar esa tensión que hay en el cuerpo. 

Ahora que has identificados esos dolores y tu cuerpo esta más relajado me gustaría que juntos vayamos identificando para que nos sirven estas tensiones en el cuerpo.

 

Cuando vamos por la vida en piloto automático, tratamos a nuestro cuerpo como si fuera una máquina, le exigimos más y más todo el tiempo. Sin voltear a verlo, sin tomarlo en cuenta, sin darnos cuenta de que esto es la raíz de todas nuestras dificultades personales.

 

Le hemos restringido algunas de sus funciones más básicas que respire, que se mueva, que sienta y que se exprese libremente. Cuando estás triste y no te permites llorar, porque has aprendido que tienes que ser fuerte, aquí lo estas privando, lo mismo sucede cuando te enojas o estás muy contento y actúas como si nada pasará.

 

El que no respira profundamente reduce la vida del cuerpo.

El que no se mueve libremente restringe la vida de su cuerpo.

El que no siente plenamente limita la vida de su cuerpo.

Alexander Lowen –

 

Puede ser que estas restricciones sean de manera consciente o de manera inconsciente, para sobrevivir a un medio ambiente hostil y a una sociedad en la cuál el cuerpo pasa a segundo plano y solo sirve para verse bien. Es probable, que hasta ahora no te habías dado cuenta de estas tensiones que existían en tu cuerpo; es como si ya fueran parte de tu día y es normal vivir con ello. Lo que hace también que tu energía se vea afectada, ya que el cuerpo utiliza toda esta energía para mantenerlas tensas y protegerte.

 

La esencia de todo ser humano es estar abierto a la vida y al amor; esto se traduce en un cuerpo sano y sin dolor. Sin embargo, hoy en día hemos perdido esa esencia para protegernos del dolor, escondiéndonos tras una máscara o armadura que hace que desconfiemos de la vida y de los demás. Para así aislarnos y abrirnos cada vez menos con los demás seres humanos.

 

Probablemente venga a tu mente algún pensamiento como:

“No con todos puedo ser abierto a la vida y al amor”

“Hay lugares en donde si se puede ser abierto y lugares en los que no”

“No puedo mostrarme tal cuál soy enfrente de la sociedad.

 

El problema es cuando esta protección es una constante en tu vida, se instalan en tu corazón, se vuelven parte de tu “personalidad” haciéndote creer que no se puede hacer nada y reaccionando a la vida desde esta protección. Con un corazón totalmente cerrado sin darte la oportunidad de disfrutar y sentir placeres en la vida.

Los procesos energéticos del cuerpo afectan directamente a los procesos de la mente por lo que es de suma importancia empezar a trabajar con tu cuerpo para curar los problemas de la mente. No importa en que orden lo hagas lo que es un hecho que si no trabajas con los dolores del cuerpo será más complicado que avances en el proceso de abrir tu corazón a la vida y al amor.

 

“Cuando una persona puede llorar profundamente y permitir que las olas de la tristeza fluyan a través de su cuerpo, también será capaz de ceder a los movimientos convulsivos de un orgasmo”     – Alexander Lowen –

 

Si te gustaría trabajar en tus procesos corporales mándame un correo o agenda la primera cita sin costo a  ljchavez@ledusco.com.mx

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