Existen muchos casos en adolescentes incluso en adultos que invierten grandes cantidades de dinero en el afán de desaparecer de sus rostros y de algunas partes de su cuerpo el acné. Con resultados infructuosos o pasajeros y el problema sigue latente y recurrente.
Me atrevo a decirles que, si se detienen y dedican un tiempo a colocarse al nivel de su corazón y a escucharse a sí mismos, obtendrán resultados distintos.
Comenzaremos a explicar de qué manera las emociones intervienen en la aparición una y otra vez de estas “imperfecciones en la piel”
Su origen emocional radica en un deseo de evitar acercarse a los demás, evitar ser visto, especialmente de cerca.
Indica que la persona no se ama, no sabe cómo amarse y por lo tanto su autoestima es baja. Su alma es sensible y se esconde, por eso el acné es más agudo en la adolescencia.
“Tengo dudas, pero no sé, tengo miedo a exteriorizarlas, me avergüenzo de mí mismo y mejor me escondo.”
Y la forma de esconderse es alejando a los demás con erupciones en la piel.
También es frecuente que estas erupciones en la piel, se deba a que estas personas se esfuerzan por ser la persona “perfecta” o aparentan ser otra persona ideal para complacer a otro miembro de la familia, en especial a los padres.
El acné en los Adolescentes.
Si te encuentras en esta etapa y tienes acné, te invitamos a reflexionar sobre ti mismo, sobre las actitudes que estas tomando y si la persona que eres es realmente tu esencia o haces lo imposible por parecerte a tu padre o a tu madre, o al contrario que te resistas a ser como son ellos. En ningún caso eres tú mismo.
“Se apodera de mi un miedo inconsciente a perder prestigio o a que no llene las expectativas que los demás tienen de mí. Temor a reconocer que me siento incomodo con la parte de ya no ser niño, ni tampoco adulto, me aterroriza todo en relación a mi imagen, mi voz y mis cambios físicos y fisiológicos.
“En esta etapa todo mi ser desea estar en contacto con los demás, aunque racional e intencionalmente no quiera, por lo que me pongo físicamente desagradable con lo primero que los demás ven de mí: mi rostro.
Pongo mi barrera y filtro a las personas con quien me siento bien y me siento en paz. Aparto inconscientemente a todos los demás, no consigo amarme y los demás no pueden amarme, por consiguiente mi autoestima baja, creo un ambiente de negatividad, me encuentro todos los defectos, me rechazo, me siento en exceso controlado y dirigido por mis padres, limitado en mi espacio vital. Me siento identificado con uno de mis padres para complacer a los demás, aunque esto signifique pisotear mi propia identidad”
El acné en Adultos.
Si ya eres adulto y presentas acné, pregúntate si sigues viviendo las mismas situaciones o afligiéndote por cosas que en tu etapa de la adolescencia te preocupaba. También si reprimiste preocupaciones o aflicciones durante tu adolescencia y tu cuerpo de alguna manera está ayudándote a sanar heridas atrapadas y que ya no puedes continuar ocultado.
El acné y su ubicación en mi cuerpo:
El acné en mi rostro denota que vivo en mi interior algo muy distinto a lo que manifiesto en mi exterior, mi rostro es lo primero que ven los demás, lo que me permite ser aceptado o rechazado. Cuando estoy en incongruencia, en este conflicto de intereses entre lo que mi interior me reclama o siente con lo que yo expreso o digo, es cuando se producen y se instalan en mi rostro gran cantidad de lesiones cutáneas.
Me siento feo y me veo asqueroso, así el acné expresa lo que mi interior calla: resentimiento, rechazo, miedo, vergüenza, inseguridad frente a mí mismo y hacia los demás, demuestra que yo no me acepto.
En mi espalda, se refiere a mi pasado, mis creencias, mis angustias y mis miedos anteriores.
El acné significa la búsqueda de mi espacio vital y del respeto de los demás frente a éste.
Debo tomar mi lugar y dejar de complacer a los demás
Mi cuerpo me dice que soy valioso, bello y elevo mi autoestima, escucho a mi corazón y al nível de él aceptando los cambios que se hacen en mí, a escuchar mis necesidades de manera sana y natural en el ámbito sexual, a aceptar y amarme tal y como soy.
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