Demasiadas personas sufrimos por no encajar en un ambiente denominado “por no sé quién” como normal. O por no regirnos en los “valores” y catalogar una vida como buena o mala o que una persona es mejor que la otra.

Ya lo dice Joan Garriga en su libro El buen Amor en la pareja: “hay personas que están hechas para vivir con la misma pareja toda la vida; otras, para tener diez amantes al mismo tiempo, y otras para ser monjes o monjas. Unas se orientan hacia personas del mismo sexo, y otras hacia personas de distinto sexo”

En la actualidad, ya no hay un único modelo, sino la libertad para inventar el propio, no hay modelos sino anhelos. Anhelo a: pertenecer, a dar vida o de servirla, de amar y de ser amados. A ser respetados, libres de hacer y dejar de hacer. A Vivir en el amor, de niños con nuestros padres, abuelos, hermanos y de adultos, con nuestra pareja, nuestros hijos. Siempre tendemos a vivir en comunidad, en el que el intercambio entre el dar y el tomar se logra.

Ahora bien, en cuanto a vivir en pareja, se torna complicado cuando pretendemos que la otra persona sea como yo quiera, que cubra mis necesidades, así como mis carencias emocionales y afectivas, de las cuales no me hago responsable, vaya ni siquiera sé qué debo hacerlo.

Me paso delegando la responsabilidad de mi propio destino en manos de otros, incluso otorgándoles poder, buscando siempre afuera las respuestas a mi necesidad y necedad. Instalado siempre en el niño, reclamando, exigiendo, buscando a mi madre o a mi padre, dependiendo siempre de ellos, para lograr sobrevivir; a lo que me lleva a concluir si la relación con mi pareja es una relación entre dos adultos o tanto yo como el otro estamos en el papel de madre-padre/hijo. Esperando de manera inconsciente que a través de otro se solucionaran nuestros asuntos pendientes de la infancia.

También la idea de que mi pareja me hará feliz y cubrirá mis expectativas, me mantiene siempre en un estado de insatisfacción y enojo.

Somos seres humanos con la necesidad de pertenecer, de dar y recibir, de trascender el yo individual para pasar al nosotros. Lo hemos experimentado ya cuando fuimos niños, ya que sentimos que pertenecemos a una familia, sin importar las condiciones, por eso al crecer sentimos la necesidad ahora de sentirnos pertenecidos el uno al otro en una relación de pareja. También está la necesidad de proyectarnos, de dar vida o de servirla.

Hay algo importante que no puedo dejar de mencionar y es el enamoramiento, aquí todo pierde dimensión, vemos al otro con una profunda belleza, lleno de talentos y virtudes, ocurre una verdadera ceguera y volvemos al otro a medida de nuestra necesidad y carencia. Este estado no dura mucho, es insostenible y tiende a transformarse, es cuando la vista regresa a nuestros ojos y ya no lo vemos “tan bonito”, aparecen defectos y desencantos.

Ahora es cuando elijo si continuo un camino en común, que va de la mano con la aceptación del otro, de su historia, de sus orígenes, de sus valores, de sus talentos, de sus alegrías y tristezas. Teniendo siempre presente que esa persona no viene sola, viene en un kit con varias cosas integradas, familia, creencias, actitudes…

Es importante hablar de la igualdad en la pareja, ambos tienen el mismo nivel, dignidad y valor, uno no es mejor que el otro, ni uno no es menos que el otro. Ponerse encima del otro, agrandarse o rebajarse y colocarse por debajo del otro, o pensar que mi familia es mejor que la tuya, comienza pues un desequilibrio rompiendo la armonía y la relación comienza a fracturarse. “mejor” o “peor” son conceptos de la mente, no de la realidad. Es el mismo sol el que nos calienta, es la misma lluvia la que nos moja, no por ser mejor o peor esto es dosificable.

“No camines por encima de mí, puede que te pierda de vista, y tampoco por debajo de mí, pues podría pisarte; caminemos juntos, lado a lado. Esto es igualdad. ~ Joan Garriga.

Bibliografía: El buen amor de pareja- Joan Garriga Bacardí

Permíteme acompañarte este camino en en el que deseas llegar a sentirte mejor a fluir, agradecer y amar la diferencia en tu relación de pareja. Será un placer estar a tu servicio. Contáctame (462)2302030

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